miércoles, 5 de enero de 2011

UN POCO DE HUMOR Y MUCHO DE IGNORANCIA

En medio de todos los problemas y amenazas que afectan a este pequeño estado, siempre hay sucesos que de ridículos nos hacen carcajearnos. Veamos dos ejemplos.
Recientemente se han producido algunos ataques de tiburón en el Mar Rojo viéndose afectada por ello la industria turística egipcia. Una bañista alemana murió a consecuencia de uno de los ataques y otros europeos han sido víctimas de mordeduras más o menos graves.
El ministro de turismo egipcio no dudó mucho para atribuír este apetito de los escualos a un complot del Mossad israelí que podría estar llevando a cabo una operación para modificación genética o de conducta de los tiburones. Parece que se olvidaron que a los turistas israelíes les encanta ir al Mar Rojo también.

El segundo caso, se produjo hace unos días cuando en Arabia Saudí fue "arrestado" un buitre que supuestamente trabajaba para el Mossad. El delito del animal era portar en su pata un transmisor de señal con la etiqueta "Universidad de Tel Aviv".

A muchos les parece imposible que este nivel de idiotez pueda existir, pero yo sé que es posible tratándose de quienes se trata. No es la primera vez ni es la más absurda.

Un líder de la minoría drusa que fuera miembro de la knéset me contó algo una vez que me dejó pasmado. Durante una de las primeras guerras árabe israelíes uno de los prisioneros interrogados creía con seguridad que los drusos tenían cola y que comían niños musulmanes. Cuando le dijo que él era druso el prisionero lo miró con ojos como platos y él le dijo que le mostraría su cola pero que entonces tendría que comérselo. El prisionero habló todo lo que sabía y más de lo que le pidieron sin que nadie le tocara un pelo. Así es como inculcan a sus niños que los judíos somos descendientes de cerdos y monos y que usamos sangre de niños musulmanes o cristianos para preparar matzot. Ese fue uno de los programas dramatizados más vistos en el Líbano y transmitidos por la televisión Al-Manar de Hizbaláh. Dos tipos que son los que hacen de judíos, tratan de poner la cara más cruel posible mientras cortan el gaznate a un niño libanés que grita y ruega porque no le hagan nada. Gubiese sido mucho más espeluznante si estuviese bien actuado, pero ni eso, aunque no se necesita mucho para emponzoñar las mentes preparadas para recibir ese mensaje. En Irán, otro programa dramatizado, una especie de telenovela llegaba aún más lejos: un médico israelí se dedicaba a sacar los ojos a los niños musulmanes para trasplantarlos a pacientes judíos.
De más está decir que estos programas cuentan con audiencia infantil.

Todos recordamos el Mickey Mouse de Hamás, llamado "Farfur" (Mariposa). Un programa infantil de la televisión de Gaza, donde la locutora era una niña de unos 10 años. Como el mensaje del programa era bastante antiinfantil, parece que Walt Disney y algunas asociaciones protestaron y decidieron suspenderlo. Pero quisieron despedirse de la mascota a su estilo y en el último programa donde apareció, Farfur caía en manos de un siniestro agente del Mossad que le pedía que firmara un documento entregando sus tierras y su casa, "herencia del abuelo". Farfur le contesta que no entrega sus propiedades "a los terroristas" y acto seguido cae víctima del supuesto agente israelí que le mata a golpes. La cámara pasa a la niña locutora que con carita de circunstancias le dice a los niños televidentes: "Bueno, hemos perdido a nuestro Farfur. Ahora es un mártir".

No es difícil imaginarnos lo que hacen este tipo de manipulaciones en la mente de un niño, de modo que no debe asombrarnos que quienes son manipulados desde su infancia nos culpen de enviar tiburones asesinos y buitres espías. Ya tocará el turno a los zorros, aves migratorias, lobos, serpientes y camellos.

Imágenes tomadas de moviemobsters.com, sodahead.com

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